MINAS DE GÉRGAL. LA EFICIENCIA Y FLEXIBILIDAD BRITÁNICAS, RESPUESTAS A UN ENIGMA HISTÓRICO

En la cuarta visita a las minas de Gérgal, todo cobra finalmente sentido. Y no hay satisfacción comparable a la la comprensión de aquello que se nos resistía.
Habíamos empezado esta serie de excursiones en la zona de Los Malagueños, donde se ubicaba la central eléctrica y estación de ángulo del cable. Proseguimos por el Cerro Soria, y su cadena de labores a cielo abierto. Más tarde, nos centramos en las instalaciones al pie del Barranco de la Val, y sus sugerentes ruinas. Sin embargo, del estudio de la documentación disponible, algo seguía sin encajar.
Conocíamos el proyecto original del Cable Aéreo, de 1901, una auténtica joya documental, incluyendo memoria y planos, que diseñaban la instalación como dos tramos largos, formando un ángulo en Los Malagueños, y terminando en lo más alto de Cerro Enmedio. Antes de llegar a esta estación de carga, existiría una estación intermedia de empalme, de la que saldría un corto ramal descendente hasta el fondo del barranco de la Val. No obstante, de su comparación con la realidad de los escenarios actuales planteaba intrigantes discrepancias.
Lo más sorprendente era lo que no aparecía en el proyecto y sí se mostraba ante nosotros, la imponente “tolva de los dos túneles” en el barranco de los Atajos. Entonces, ¿cómo salía el mineral de hierro de aquella garganta tan abrupta e inaccesible? Sobre el terreno, habíamos tratado de localizar la posible existencia de una vía minera descendente desde ahí hasta la tolva del Barranco de la Val, pero la gran pendiente pedregosa y descarnada del terreno no parecía acompañar esta suposición. Acompañados de José Antonio Gómez Martínez y José Vicente Coves Navarro, autores de la magna obra Trenes, Cables y Minas de Almería, fue su gran experiencia y sagacidad lo que nos hizo ver que, por descarte de las otras alternativas, la única salida posible del mineral era a través de un cable aéreo.
Cuando parecíamos abocados a un callejón sin salida, un hecho fortuito vino a aclarar una parte del enigma, a la vez que se abrían nuevas incógnitas. De una forma un tanto rocambolesca conseguimos un plano original, en papel vegetal, de las minas de Gérgal, datado en 1933. Para entonces, el cable aéreo hacía muchos años que había dejado de funcionar, pero milagrosamente habría debido mantenerse en pie, porque el plano recoge su trazado…o, al menos, uno de “sus” trazados. En comparación con el plano original, a partir de la estación de empalme desaparece el tramo principal. Por el contrario, a partir del ramal a Cerro Soria, se añade un tramo nuevo, y desconocido en la documentación, que acaba en “Cerro de Enmedio”. Justamente se trata de la tolva de los túneles.
Un misterio aclarado. No existía vía minera descendente alguna, sino un cable aéreo, tal y como vaticinaban Gómez y Coves.
Entonces, ¿qué sucedió con el trazado originalmente previsto? ¿Se ejecutó la obra de una forma diferente? ¿Llegó a funcionar el último tramo?
Para responder a esta y otras cuestiones relacionadas, decidimos atacar el coto desde su parte más alta. En el punto donde la carretera de Bacares se cruza con el cortafuegos, dejamos el vehículo, y bajamos ciñéndonos lo más posible al barranco del Atajo. Lo primero que nos encontramos son varias labores colosales a cielo abierto. Estas fueron las primeras labores acometidas por Soria Mining. Al poco de empezar el barranco localizamos la traza, perfectamente transitable, de la vía minera principal, que va a ser el hilo conductor de esta parte del coto. A ambos lados del cauce se suceden las rozas, de mayor o menor tamaño. Los restos de un pequeño estribo de piedras, nos sugieren la existencia de un primer puente sobre el barranco. Bajamos por la vía minera y nos topamos con el hueco de lo que había sido un gigantesco filón, siguiendo la altura de toda la montaña. Gérgal y Olula de Castro son las únicas excepciones, en toda la provincia de Almería, en que el hierro no se presenta en bolsadas, sino en filones y este, en particular, debió ser de los más importantes.

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Muy cerca, aparecen los restos de otro puente, pero este de unas dimensiones bastante considerables, y al que únicamente falta la parte metálica central. La vía seguía en la misma vertiente oriental del barranco, pero el puente se construyó para salvar otro cauce afluente de este.

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Inspeccionamos las labores sobre otro filón, que comienzan en superficie hasta hacerse subterráneas, y nos maravillamos con la soberbia trinchera en curva que hacía la vía minera ciñéndose al perfil de la montaña para que el descenso de las vagonetas fuese en todo momento suave.

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Por un momento perdemos la traza de la vía, a causa de las labores de repoblación forestal, pero pronto la recuperamos. Y lo hacemos por todo lo alto, en el momento de llegar a nuestro destino, la tolva de la estación de carga y punto de inicio del cable aéreo en el proyecto original. A ambos lados de la tolva, que sigue un patrón constructivo de extraordinaria simplicidad y adaptación al relieve, se esparcen inequívocos restos de mineral de hierro, acopios o descartes de una actividad que cesó hace ya cerca de un siglo.

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Desde lo alto de la loma de la estación de carga, contemplando todos los cotos mineros a simple vista, la esquiva solución a las cuestiones planteadas se nos hace al fin más que evidente. El proyecto original del Cable Aéreo sí llegó a ejecutarse, y a funcionar. Desde las grandes labores a cielo abierto el mineral bajaba por la vía minera hasta el inicio del cable, y de ahí hasta la estación de Cruz de Mayo, en el pueblo de Gérgal, tras recoger el ramal de Cerro Soria, y el de la estación intermedia de Malagueños.

En un momento posterior, las labores a cielo abierto del Cerro Enmedio se agotaron, y hubo de continuar debajo de tierra. Elevar el mineral hasta la infraestructura de transporte existente sería demasiado gravoso, por lo que la compañía británica optó por cambiar de estrategia. Se construyó la Galería Sir Thomas (que, tras una visita anterior, volvemos a recorrer), que comunicaba todas las labores activas. Justo a la salida de la misma, esta nueva vía cruzaba el barranco y llegaba a la gran tolva de los túneles, de nueva construcción y, de ahí, enlazaría con la antigua estación de Cerro Soria.

Previsiblemente, el nuevo tramo de cable no sería otro que el que se desmantelaría entre la estación de empalme y la estación de carga de la cima de la montaña.

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